martes, 28 de julio de 2015

“Ya te vas a aflojar”: polémicos spots de Macri utilizando niñas en su campaña

Por María Paula García. Bajo el título “Mauricio y vos”, pueden encontrarse 99 videos en su canal de Youtube que muestran al precandidato a presidente recorriendo diversas ciudades del país, tocando timbres, golpeando puertas y visitando a familias que, supuestamente, lo han invitado a charlar sobre sus sueños y problemas.
Básicamente el esquema se repite en todos los spots: Mauricio llega a una casa humilde donde lo reciben diferentes familias o personas, abraza y palmea a cualquiera de que se le acerque demasiado, escucha testimonios, hace preguntas, se muestra interesado, recorre el barrio o el hogar. Fiel a las directivas de Durán Barba y su equipo de campaña, no habla de política: “Nosotros hemos dicho siempre que no tenemos agenda ideológica (…) El escucha, aprende, modifica posiciones, confirma otras. Mauricio no es un líder ideológico”.
Dirán que Mauricio no es un líder ideológico, pero que reproduce las peores ideologías las reproduce. En dos de sus casi cien spots puede vérselo con niñas, en actitudes francamente repudiables, contrarias absolutamente a los derechos de la infancia. A partir de la viralización de los mismos estalló la indignación en las redes sociales.
Spot 3: “Vendo rosas para comprarme la bici”
La protagonista de este video es Sheila, de no más de diez años, hija de Alicia y Marcelo de La Matanza. El casi minuto y medio es un concentrado de estereotipos, lugares comunes, no reconocimiento de derechos y situaciones incómodas para la niña.
Macri aparece sentado y trata de atraerla hacia sí, agarrándola por la cintura. Ella intenta soltarse y él la acerca más. La nena ríe muy tímida. “Está nerviosa”, dice la madre. “Ya te vas a aflojar”, repite tres veces él. Afirmación como mínimo inquietante si las hay. “¿Te gustan los chicos?”, agrega. Luego Sheila le cuenta que quiere ser pediatra, ante lo que él le pregunta sonriente: “¿Ya empezaste a practicar con tu hermanito?”. Finalmente, la niña le termina relatando cómo vende rosas para comprarse una bicicleta y le muestra los rosales. Mauricio la felicita “por su producción” y le alaba las trencitas.
Mauricio dice no hablar de política. Sin embargo celebra una de las peores políticas del sistema: el trabajo infantil o, al menos en este caso, la realización de una actividad económica por parte de una niña para comprarse algo que necesita.
Tal vez la celebración tenga que ver con la política de emprendurismo, concepto empresarial que el macrismo trata de trasladar a las escuelas de la CABA tomando elementos del sistema educativo de Finlandia: la escuela como espacio de promoción y apoyo al desarrollo emprendedor, para que los estudiantes desarrollen la propia percepción como emprendedores y puedan establecer el vínculo con el mundo del trabajo emprendedor. Tal vez. No sería sorpresa para nadie.
La cuestión es que la vida de las niñas de los sectores populares es mucho menos celebrable y nada parecida a Finlandia. Muchas de ellas poseen una escolaridad fragmentada o discontinuada debido al trabajo infantil y también a causa de que deben cuidar de hermanos, sobrinos y realizar tareas domésticas. La pregunta de si ya empezó a cuidar a su hermanito, refuerza este destino inexorable de muchas niñas, que se ven obligadas a ejercer tareas y a asumir responsabilidades que no se corresponden con su edad.
Por otra parte, vender rosas por el motivo que fuere o trabajar es algo que sabemos que existe como práctica de supervivencia de muchas familias. Pero que no debe ser alentado en lo más mínimo, sino combatido con políticas públicas que coloquen a las niñas y niños donde deben estar a esa edad: en la escuela y no precisamente para ser emprendedores. Lo que Mauricio le festeja a Sheila es algo que, ciertamente, no auspiciaría jamás en su hija Antonia cuando tenga esa edad y que debería ser prioridad absoluta a modificar en cualquier candidatura presidencial.
Con las niñas y los niños no
Si había algo que le faltaba a Macri era utilizar niñas en su campaña y encima violentarlas con toqueteos, besos no obligados y un registro de voz sinceramente insoportable.
Nuestra sociedad, así como ha naturalizado la violencia hacia las mujeres, también lo ha hecho cuando esta es para con las niñas y niños. Sin embargo algo está cambiando en los últimos tiempos y este tipo de actitudes son afortunadamente cada vez menos tolerables. La histórica movilización del #NiUnaMenos es una muestra de ello. Como afirmó Horacio Verbitsky, “la sensibilidad contemporánea no admite este trato intrusivo con los niños ni la perturbadora ambigüedad de esos toqueteos a dos manos”, describiéndolo directamente como un pedófilo.
Las niñas y los niños son sujetos de derecho: no son objetos de los adultos; tienen derecho a ser escuchados, no invadidos en su intimidad y respetados. Y ello incluye no volcar en ellos toda una serie de prejuicios y estereotipos que por demás inundan los spots del líder del PRO. En una campaña que hace loas al vacío ideológico y político, los spots mencionados tiran por tierra la construcción de la mentira.
Sería auspicioso que, si no van a promover políticas públicas que fortalezcan los derechos de la infancia, tal como vienen haciendo en la Ciudad de Buenos Aires, al menos no los violen.

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