Así de amplia es la visión de un geólogo. El tiempo alcanza amplitudes de rango difíciles de manejar, porque entre una hora y un milenio no hay diferencias. Los años se cuentan por millones, lo que convierte a la historia del hombre en un parpadeo. Somos nuevitos en este planeta, desde una perspectiva geológica lo poblamos desde ayer. “Todo está en permanente movimiento -explica Aceñolaza-. Las placas tectónicas del Pacífico se corren centímetro a centímetro sin parar, así que en algún momento nuestro continente va a chocar con Asia. Y así como llegó, la humanidad va a desaparecer. Miren a los dinosaurios: fueron los reyes del planeta durante más de 100 millones de años, hasta que cayó un meteorito en la península de Yucatán y se extinguieron”. El homo sapiens ni siquiera festejó el cumpleaños 200.000. Lo dicho: somos una banda de advenedizos en un planeta que todavía nos mira con curiosidad.

La investigación de Aceñolaza despertó el interés de National Geographic, que lo respaldó por medio de una beca durante dos años. Cumplida esa etapa, el objetivo ahora es acudir a la Unesco para profundizar la búsqueda en Tucumán, en el resto del norte y, subiendo por la cadena andina, llegar a Colombia. “Lo de National Geographic fue muy valioso -apunta Aceñolaza-. Es como entrar en un club, te da una cierta pertenencia que facilita un montón de otras actividades, desde relaciones internacionales a facilidades en otorgamiento de créditos. Pero no es una institución de ciencia pura y dura, ellos necesitan el impacto mediático para funcionar. A ver... Desde esa mirada no interesa que en Choromoro hayamos encontrado el pedazo de un bicho que habla de la línea evolutiva de la vida. A ellos les hubiera encantado el hallazgo de un fósil entero y tridimensional, para poder mostrarlo”.
Lo de la Unesco (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) es otra cosa. El proyecto propone una investigación de cuatro o cinco años junto con la Universidad Monash, de Australia. Será una fuerza de tareas internacional, abocada a reunirse para compartir y analizar los descubrimientos, y dispuesta a salir al campo para echarles el ojo a esas rocas que, para el común de los mortales, no despiertan el menor interés. Para un geólogo pueden representar un tesoro. “En algún lado debe estar ese yacimiento…”, subraya Aceñolaza, casi como un mantra.
http://www.periodicolea.com/nota/item,6026/seccion,20/subseccion,0/titulo,albergaba-vida-hace-540-millones-de-anos
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